Enigma Nª 1.- El Colisionador de Hadrones El
gran Colisionador de Hadrones nos permite hacernos una idea del avance
tecnológico y a la vez la debilidad que el ser humano tiene ante sus
propias creaciones.
La ciencia nos plantéa muchos retos. Quizá la única forma de
interpretar los resultados científicos ante determinados experimentos e
incluso ante el misterioso comportamiento que pueda ofrecer algún
determinado elemento de la propia naturaleza, es sometiéndolos ante lo
que consideramos como una; Duda Razonable, aunque en algunos casos no
puede tampoco ser razonada.
No, la ciencia no siempre tiene respuestas ante las preguntas que
el hombre se realiza. ¿Cuál es el motivo de nuestra existencia? ¿Existen
los extraterrestres tal y como nosotros los imaginamos? ¿Qué hay tras
las fronteras de la muerte? ¿Hay vida en Marte? ¿Cómo funciona nuestra
mente? ¿Cuál es la esencia y explicación de determinados fenómenos
paranormales?
En este apartado vamos a intentar exponer algunas de estas dudas que
nos ofrece el camino de la ciencia y la propia evolución tecnológica.
El resultado de esta sección es la selección que Pedro Amorós ha
realizado de artículos que, algunos ha encontrado en la red y otros los
ha compuesto él mismo. Enigma Nª 2.- El Gas Metano de Marte Julio
20, 1976. Gilbert Levin está sentado en el borde de su silla. A
millones de kilómetros de distancia, en Marte, los vehículos
exploradores Viking han recogido un poco del suelo marciano y lo han
mezclado con nutrientes etiquetados con carbono-14. Todos los
científicos de la misión están de acuerdo en que si los instrumentos de
Levin a bordo de los vehículos detectan emisiones de carbono-14
conteniendo metano del suelo, entonces en Marte debe existir vida. Los
informes de Viking dan un resultado positivo.
Algo está ingestando los nutrientes, los está metabolizando, y
luego está eructando gas marcado con carbono-14. Entonces, ¿por qué no
hay festejos? Porque otro instrumento, diseñado para identificar
moléculas orgánicas consideradas como signos esenciales de vida, no ha
encontrado nada. Casi todos los científicos de la misión se inclinaron
por la cautela y declararon que el descubrimiento de las Viking era un
falso positivo.
¿Pero lo era en realidad? Los argumentos continúan enfrentándose,
pero los resultados de los últimos vehículos de exploración de la NASA
muestran que la superficie de Marte fue casi seguramente húmeda en el
pasado, y por lo tanto hospitalaria para la vida. Y hay mucha más
evidencia del mismo lugar de donde llegó ésta, dice Levin. “Cada misión a
Marte ha generado evidencia que apoya mi conclusión.
Ninguna la ha contradicho”. Levin mantiene su opinión, y ya no está
más solo. Joe Miller, un biólogo celular de la Universidad de
California del Sur en Los Ángeles, ha re-analizado los datos y cree que
las emisiones muestran evidencia de un ciclo circadiano. Eso es algo muy
sugerente de vida. Levin está solicitando a ESA y a la NASA que envíen
una versión modificada de su misión para buscar moléculas “quirales”.
Estas ocurren en versiones diestras o zurdas, y son las imágenes
espejo unas con respecto a las otras. Mientras que los procesos
biológicos tienden a producir moléculas que favorecen una quiralidad
sobre la otra, los procesos no-vivos crean versiones diestras y zurdas
en números iguales. Si una futura misión a Marte descubriera que el
“metabolismo” marciano prefiere también una forma quiral de molécula a
otra, sería el mejor indicio hasta la fecha de vida sobre el planeta
rojo. Enigma Nª 3. Los Rayos Cosmicos Ultraenergèticos
Durante
más de una década, los físicos japoneses han estado observando rayos
cósmicos que no deberían existir. Los rayos cósmicos son partículas (en
su mayoría protones, pero a veces también núcleos atómicos pesados) que
viajan a través del universo a una velocidad cercana a la de la luz.
Algunos rayos cósmicos detectados en la Tierra se producen en
acontecimientos violentos, tales como las supernovas, pero todavía no
conocemos el origen de las partículas de energía más alta, que son las
partículas más energéticas que se puedan observar en la naturaleza.
Pero ése no es el verdadero misterio. Cuando las partículas de los
rayos cósmicos viajan a través del espacio, pierden energía en
colisiones con los fotones de baja energía que pululan por el universo,
tales como los de la radiación cósmica del fondo de microondas. La
teoría especial de la relatividad de Einstein dice que cualquier rayo
cósmico que llegue a la Tierra desde una fuente exterior a nuestra
galaxia habría sufrido tantas colisiones dispersadoras de energía que su
máxima energía posible es de 5x1019 electronvoltios.
Esto es lo que se conoce como límite Greisen-Zatsepin-Kuzmin. Sin
embargo, a lo largo de la década pasada, el Conjunto Gigante de Lluvia
Aérea Akeno de la Universidad de Tokio (111 detectores de partículas
diseminados a lo largo de 100 kilómetros cuadrados) ha detectado varios
rayos cósmicos por encima del límite GZK. En teoría, pueden provenir
únicamente desde el interior de nuestra galaxia, evitando así el viaje
consumidor de energía por el cosmos. Pero los astrónomos no pueden
encontrar ninguna fuente para esos rayos cósmicos en nuestra galaxia.
Así que, ¿qué es lo que está sucediendo? Una posibilidad es que haya
algo erróneo con los resultados Akeno. Otra es que Einstein estuviera
equivocado. Su teoría especial de la relatividad dice que el espacio es
igual en todas direcciones. ¿Pero y si las partículas descubrieran que
es más fácil moverse en ciertas direcciones? Entonces los rayos cósmicos
podrían retener una porción mayor de energía, lo que les permitiría
superar el límite GZK.
Físicos del experimento Pierre Auger en Mendoza, Argentina, están
ahora trabajando en este problema. Utilizando 1 600 detectores
diseminados en 3 000 kilómetros cuadrados, Auger podría determinar las
energías de los rayos cósmicos entrantes y arrojar más luz sobre los
resultados Akeno. Alan Watson, un astrónomo de la Universidad de Leeds,
Reino Unido, y vocero del proyecto Pierre Auger, ya está convencido de
que aquí hay algo que vale la pena seguir. “No tengo dudas de que
existen los eventos por encima de los 1020 electronvoltios.
Hay suficientes ejemplos como para convencerme”, dice. La
cuestión es, ¿qué es lo que son? ¿Cuántas de estas partículas están
entrando, y desde qué dirección vienen? Hasta que consigamos esa
información, no hay forma de decir cuán exótica puede llegar a ser la
explicación.
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